Navidad, esas bellas fiestas llenas de ilusión católica, ya que es el nacimiento del niño Jesús. Estas celebraciones están arraigadas en los ambientes más cerrados de la familia, en lo más hermético de los hogares donde son conmemoradas en forma austera.
Así, esta festividad nos lleva de la mano por toda la literatura, encontrándola como tema tanto en poemas del mismo Lope de Vega -quien relata la llegada de los Reyes Magos- como en la poesía y los cantos que llamamos villancicos y que, durante la Colonia, aparecieron en célebres manifestaciones que la Iglesia organizaba entre sus adeptos, para darle uso y gala a todas sus fiestas y hacer participes a sus fieles.
Las bellas figuras talladas en madera representando a la Virgen y a San José, ambos apostados contra el pesebre, eran ricamente doradas y estofadas; las más bellas eran traídas desde Guatemala. Las piezas se hacían siguiendo las técnicas de la escuela sevillana y se hallaban presentes en toda casa o templo virreinal. Cualquier pintor célebre o aprendiz abordaba el tema de la Natividad, la adoración de los pastores y los Reyes Magos; imágenes que formaban parte de los palacios y templos, en las que puede apreciarse lo diestro del pincel y técnica de su ejecutor.
Sabemos que Victoria, la más grande y poderosa reina del Imperio Inglés, pensó hacer de esta festividad un momento de alegría. Ordenó se engalanara con luces y ornamentos de árbol, a cuyo pie fueron depositados algunos regalos como símbolo de festejo de tal acontecimiento. Esta costumbre trascendió al mundo entero y hace que los bosques enteros sean devastados cada año, con pretexto de conseguir el necesario arbolito de Navidad que adornará todas las casas.
La comercialización de la creciente compañía de Coca-Cola en los Estados Unidos y en México, donde es enorme su consumo, tuvo como resultado una maravillosa promoción publicitaria a principios del Siglo XX, ya que lanzó al mercado durante una Navidad, la imagen de un Santa Claus tomándose una de las conocidas bebidas. El Santo, quien según refiere su propia historia de la época medieval, ayudaba a los niños -entre otros que se beneficiaban de sus bondades- éste fue un detalle que llamó la atención de la compañía refrésquela, la cual decidió hacerlo atractivo, volviéndolo un gancho para convencer a la gente, tanto a los niños como a sus padres, de tomar su producto en esas fechas. Por eso lo vistieron muy festivo, primeramente, todo de rojo llamativo con peluches blancos en mangas y pantalones, lo mismo que el gorro; lo hicieron volar por los cielos en un trineo jalado por simpáticos renos, entre los cuales está el célebre Rudolf, de las narices rojas, cuya melodía acompaña siempre a nuestro querido Santa Claus, quien por cierto entra sin mancharse por el tiro de las chimeneas.
Pero démosle un vistazo a la verdadera historia de San Nicolás, inspirador del comercial Santa Claus, personaje a quien todos alguna vez, con gran ilusión le escribimos una cartita pidiéndole premier todos nuestros esfuerzos anuales o más bien nuestras promesas de portarnos medianamente bien para el año venidero.
Nos dice la célebre leyenda dorada, que el nombre de Nicolás viene de Nikos, Victoria y Laos, pueblo, o sea “el vencedor del pueblo”, entre una de sus múltiples acepciones.
Nicolás nace en Patras, en el Oeste de Grecia, en una familia adinerada. Se dice que justo al nacer, el niño ya se sostenía en pie dentro del lebrillo en que lo bañaban. De joven huyó de las diversiones. Su vecino, que era muy pobre, tenía tres hijas a las cuales pretendía iniciar en la prostitución por no tener dinero para su dote; al saberlo, Nicolás le arrojó por la ventana una talega de monedas de oro para poder sufragar este coste, y es por ello que a veces aparece con un plato y tres palomitas blancas, que son las almas de las mujeres que salvó y mantuvo puras.
Al morir el obispo de Myra, los prelados querían votar por quien fuera el nuevo Obispo. Por la noche, Dios le dijo a uno de ellos que al amanecer llegaría a la iglesia un joven llamado Nicolás y que él sería elegido por Dios, cosa que así sucedió y por ello fue el mejor Obispo que se ha elegido de esta ciudad.
También salvó a varios niños de ser hervidos, por lo que se originó el cariño y entrega a estos, ya que eran unas criaturas muy mal portadas dedicadas a su nombre y persona como es el caso de una de las iglesias que dan a la plaza de Santa Veracruz, donde hoy se encuentra el museo Franz Mayer, y cuya fachada lateral así lo representa.
No debemos olvidar que estas celebraciones han ido de la mano de la historia de México. Todo virrey y toda gente de valía, debía asistir a las festividades de la natalidad en la gran Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, capital del Virreinato o de cualquiera de las grandes catedrales o iglesias de toda nuestra América hispana, donde hasta hoy se sigue celebrando con gran pompa ésta, la más importante fiesta del cristianismo.
February 19, 2021
Durante el mes de febrero, se celebra la encantadora y popular fiesta del Año Nuevo Chino, misma a la que acuden millones de personas por todos los rincones de la Tierra.
LEER POST
February 19, 2021
El mundo se nos presenta durante todo nuestro existir, lleno de fuerzas -negativas, positivas, creativas o malévolas mas siempre vitales-, de entre las cuales la más fuerte de todas ellas, será siempre el amor.
LEER POST
February 19, 2021
La llamada ruta de la seda es un término ideado por el historiador alemán Von Richtoffen en el siglo XIX y que denomina ese camino perdido en los tiempos de la humanidad que unía a Europa con Asia.
LEER POST